El escritor argentino (también publicista y guionista de radio y televisión) Juan Faerman (en Twitter @juanfaerman) publicó hace ya algunos años un libro titulado Faceboom, con la intención de analizar «desde una perspectiva humana» -según el propio autor- el fenómeno de Facebook. En la reseña ya dejaba muy claro lo que el lector se iba a encontrar en su interior…
“Profundidad”, “cinismo”, “ironía” y “humor” no parecieran términos fácilmente asociables a Facebook. Sin embargo, en este libro eso es toda una realidad, ya que el autor los usa para responderse -con seriedad pero sin caer en solemnidades inútiles y superficiales- preguntas tales como: ¿Qué es lo que tiene Facebook que lo hace tan irresistible y fascinante? ¿Por qué, más allá de la clase social o cultural a la que uno pertenezca, se hace tan difícil mantenerse al margen de este primer gran fenómeno de masas del siglo XXI? ¿Qué es lo que hace que una en apariencia simple página sume adeptos sin parar hasta llegar a convertirse en un factor de poder capaz de inclinar la balanza en una elección presidencial como la de Estados Unidos o Francia con la influencia que esto puede llegar a suponer en la política y economía mundiales?»
Para el lanzamiento del libro, el autor decidió realizar también un vídeo en el que animaba a la gente a pensar en cómo sería su vida real si se pareciese a su vida en Facebook. ¿Alguna vez os habéis parado a pensarlo? ¿No? Pues mirad…
El vídeo se convirtió muy rápido en viral y llegó a oídos del mismísimo Mark Zuckerberg, el dueño de Facebook, que no tardó en censurar los perfiles personales de Juan Faerman y Guillermo Otero (autor y productor del libro), así como la página de fans que se había creado en la red social para publicitar el libro.
Y es precisamente por ésto por lo que hoy traemos aquí esta historia. Para demostrar todo el poder que las redes sociales le pueden dar a una persona, empresa o publicación «pequeña« hasta llegar convertirla en algo capaz de atemorizar al mismísimo señor Zuckerberg; para ver cómo los grandes siempre intentan aplastar todo aquello que se les pone en su camino; y para comprobar cómo es posible no sentir miedo (o sentirlo y ser capaces de dejarlo a un lado) y responder al ataque con grandes dosis de humor y valentía. Porque si algo no hizo Faerman fue amilanarse ante la amenaza de Facebook…sino, mirad el vídeo que lanzaron después de ver cerrados sus perfiles de Facebook: